¿Porqué a Lacantera Freudiana la fui eligiendo para reunirnos en torno al inconsciente y el psicoanálisis?
Primero por co-incidencia. Habiendo ya entonces pasado por diversas agrupaciones lacanianas, y un par de análisis, conocí a Norberto Rabinovich en seminarios en Chile que impartía en Santiago. Él argentino, yo casi, me crié en Buenos Aires. En el seminario me gustó su respuesta a mi pregunta, si se podían alcanzar las metas de un psicoanálisis, sin necesariamente hacerse un psicoanálisis, dijo que suponía que sí.
El fin de análisis en sus seminarios mostraba que el analista debe dejar el lugar de Sujeto Supuesto Saber. Su respuesta apuntaba en esta misma dirección. Había comprobado en carne propia que otras escuelas psicoanalíticas, incluso las lacanianas, no se plantean abandonar ese lugar ni enseñan en esta dirección, y lo lamentaba por mis colegas y más que todo por mis analistas, anclados en sus jefes e instituciones. Una analista me había dicho que su padre eran Freud y Lacan, o sea que no los había matado simbólicamente, ni derribado del pedestal del ideal. Además esos padres no la habían adoptado, como ella pretendía. Así fue que había decidido que con Norberto, sí, quería reanudar mi psicoanálisis. Cuando estaba en esto, no tuve que pedir hora en su consulta, ¡fue él que vino a la mía!. Claro que no para analizarse. La dueña de mi consulta me pidió, que le mostrase la mía alguien que buscaba consulta, era Norberto para los días que atendía en Santiago. ¨Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma¨, le dije. (Es lo que mi padre me decía). Así comenzó mi psicoanálisis con Norberto.
Había pasado yo por otros, y me ayudó su oído para interpretar a la letra la palabra. Fue incomparable descubrir lo que las palabras reventadas traen con lo que había pasado antes. Esto hacía las sesiones mucho más eficientes, descubría y con sorpresa. Cambió mi práctica, fui viendo como Norberto, de inspiración freudo lacaniana, se atrevía a hacer otras cosas, ¡como dejar el diván!, y no hacer sesiones breves como es la corriente lacaniana .
Los tabúes que Lacan había derribado, no se derribaron sin adorar otras vacas sagradas. Cierto que hay analistas que cortan el fin de sesión provocando una sumisión con su arbitrariedad, que además mantendrá al analista como amo (aunque pienso que se pueden hacer sesiones breves sin someter a la arbitrariedad, pero es un arte que no siempre se logra y seguramente que no logra quien ha tenido un amo en vez de un analista). Es muy difícil zafarse de una o un analista Amo, cuando uno participa de la misma institución.
La transmisión del psicoanálisis es uno de los temas que nos congregan en Lacantera.
Yo me había ido a vivir al extranjero muy lejano, y desde allá supe de Lacantera Freudiana. Mientas aún no regresaba a Santiago, me recibieron en ambos países para presentar algo muy especial, un trabajo que definitivamente no es lo que tomé de Norberto, excepto de la fuente de lo inconsciente que fue brotando en mi. Lo considero mi modo de hacer intervenciones poéticas, cosa que Lacan estuvo proponiendo y alentando. No era nada claro que fueran a abrirme las puertas, para escuchar al menos, su singularidad anunciada, y así fue que vi gente dispuesta a escuchar algo distinto, y lo hicieron activa y respetuosamente. En mi análisis eso había también encontrado su lugar, sin que se me tratara de adoctrinar, ni hacerme por ejemplo, entrar en razones, pude hacer mi diferencia.
Finalmente entre el modo de congregarse Lacantera y no erigir amos, vi la posibilidad de integrarme a unas mineras y mineros de una cantera en bruto, donde se aspiraba a tomar la palabra. Ya me habían mortificado las instituciones analíticas, donde no estaban dadas las condiciones para que en su interior pueda hacerse un análisis en que el analizante encuentre el camino hacia su verdad.
Por ello Lacantera freudiana me parece que va reuniendo dichas condiciones del buen término de análisis, pues es en una institución que se intenta forjar en concordancia con él. Los textos de Norberto son guías que además reconocen algunos de los errores en boga- Se irá viendo en nuestra producción qué nos permite Lacantera Freudiana, extraer de sus vetas, tal vez minerales reales de una mina imaginaria, reunidos en torno a lo inconsciente estructurado como un lenguaje, invocado por cada cual a su modo.
Pablo Eugenio Grosz Schwarz